Coaching Onírico
Todas las tradiciones ancestrales coinciden en la importancia de los sueños como una continuidad de nuestra experiencia de vigilia.
El hecho de no conocer como transitar y comprender estos espacios en donde operan otras formas de percepción e información, hace que nos perdamos una parte de lo que somos, y por consiguiente la oportunidad de ser seres completos.
Nuestra cultura occidental, y las manipulaciones hipnóticas de determinados intereses en mantenernos desconectados de nuestra esencia y poder personal, han fabricado una matrix holográfica que relega a la pseudociencia el arte de ensoñar, entre otras habilidades y capacidades de nuestra naturaleza divina.
Estudios rigurosos del sueño lúcido, como lo son los del neuro-científico Stephen Laberge, demuestran de manera contundente las ventajas y aplicaciones de saber que estamos soñando y de conectar ambos espacios para nuestra salud psíquica, física, emocional y espiritual.
El físico Jean Pierre Garnier-Malet, especialista en dinámica de fluidos, sostiene una teoría basada en el entrelazamiento cuántico, y la dualidad contrastada del fenómeno onda-partícula.
El trabajo realizado por este investigador ha demostrado que todo en el universo está desdoblado, desde los quarks, hasta las galaxías, pasando por todos y cada uno de los elementos que lo componen.
Por tanto, rescata el conocimiento ancestral oculto en el alfabeto griego, así como en las manifestaciones de su correcta aplicación, para demostrar que los antiguos conocían la ciencia del desdoblamiento.
Esta misma ciencia, es descrita por las culturas, mesoamericanas, o nativas norteamericanas, como Nagual.
En las tradición del budismo tibetano. existen los yoguis del sueño, los cuales mediante meditación profunda transitan estos espacios ampliando así su conciencia y percepción de un YO con mayúsculas, entendiendo así que nuestra realidad ordinaria, es decir lo que vivimos despiertos es la consecuencia de nuestro correcto o incorrecto transitar por estos océanos de conciencia.
El viaje astral, la experiencia extracorpórea o desdoblamiento, es posible experimentarla de forma consciente, y se modela para poder alcanzar la maestría y la sanación.
Soñar de forma lúcida, es convertirnos en creadores de nuestra realidad física, como el alfarero en su torno, el cual modela a su antojo la pieza que quiere obtener de un barro primigenio para consolidar en su espacio físico.
Cuando una vasija está ya modelada, no se puede convertir en taza. Solo desde el torno, es posible crear. Este es un buen ejemplo para entender la física cuántica.
En el universo de infinitas posibilidades, o potencialidad pura, se haya la clave para la co-creación consciente.
El espacio onírico, es ni más ni menos está potencialidad ilimitada.
Esta misma ciencia, es descrita por las culturas, mesoamericanas, o nativas norteamericanas, como Nagual.
En las tradición del budismo tibetano. existen los yoguis del sueño, los cuales mediante meditación profunda transitan estos espacios ampliando así su conciencia y percepción de un YO con mayúsculas, entendiendo así que nuestra realidad ordinaria, es decir lo que vivimos despiertos es la consecuencia de nuestro correcto o incorrecto transitar por estos océanos de conciencia.
El viaje astral, la experiencia extracorpórea o desdoblamiento, es posible experimentarla de forma consciente, y se modela para poder alcanzar la maestría y la sanación.
Soñar de forma lúcida, es convertirnos en creadores de nuestra realidad física, como el alfarero en su torno, el cual modela a su antojo la pieza que quiere obtener de un barro primigenio para consolidar en su espacio físico.
Cuando una vasija está ya modelada, no se puede convertir en taza. Solo desde el torno, es posible crear. Este es un buen ejemplo para entender la física cuántica.
En el universo de infinitas posibilidades, o potencialidad pura, se haya la clave para la co-creación consciente.
El espacio onírico, es ni más ni menos está potencialidad ilimitada.